Nace un deseo.


Descalcé mis sentimientos y dejé  libre al ser que caminó por los senderos vírgenes de tu paraje. Todo fue sin cortejo y si hay que culpar a alguien, debo señalar a esa extraña chispa que opacó a la razón envenenando el aire con fuerza de atracción, sin el antídoto del raciocinio.

Solo nos quedó admitir que las hojas secas fuesen acariciadas por el cauce del  río desbordando esos te amo dormidos sin pensar en el mañana, cerrando los ojos para guardar ese preciso instante en el que se conocieron las periferias de nuestros labios.




Después de tocar fondo en ese despertar de sensaciones dormidas, buscamos la forma de volver a beber el crepúsculo que a su vez deseaba robar el tinte del tegumento que te rodeaba para con el adornar su celaje, solo que él ya era parte de tu paisaje.



Cada nuevo día le das belleza al panorama y al abrir mis ojos dotas de serenidad a la vida.



Autor: Juan Hernández
País: México.
INFORMACIÓN DE REGISTRO
SAFE CREATIVE
Identificador: 2001192897568
Fecha de registro: 19-ene-2020 1:16 UTC
Licencia: Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0







Comentarios

  1. Muy hermoso y romántico tu texto, Juan.
    Delia

    ResponderEliminar
  2. "Buscamos la forma de volver a beber el crepúsculo", hermosas palabras que idealizan la forma de actuar, de seguir buscando la estrecha compañía. Muy bonito, Juan.
    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares