La paradoja del tiempo, espacio y nuestros cuerpos.
Ni en el mejor sueño cabrían tantas dichas,
sin contar los disgustos que agregaron reconciliaciones sintonizando el
tiritar de nuestros cuerpos, cuando las ansias se hicieron amigas de la
penumbra y ambas gozaban enmarcando nuestro contorno.
Nos
albergamos mutuamente en nuestras pretensiones, cediendo ambos voluntad,
logrando amancebarse la ternura y el deseo.
Solo tú sabes reacomodar los
engranes del reloj, para que el día se haga largo y quepan mas te quiero y mas
te amo, dando vida a la paradoja que ve, como conforme el
tiempo se alarga, se hace más corto el espacio entre tú y yo, uniéndose como el
día y la noche.
Derechos de autor: Juan Hernandez.
HTTP://WWW.SAFECREATIVE.ORG/WORK/1710204611962
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Encuentro la poesía cómo si no estuviera acaba. igualmente válida y con todo su potencial, Me ha encantado la fluidez de ella. Nos seguimos leyendo. Un saludo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarLas paradojas no tienen final, siempre tendrá fluidez, gracias por tu aporte. Buenas noches.
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