Gran maestro.


Enséñame lo que dicen las leyes de la vida, pero no las que controlan voluntades con leyes, de ti gran maestro quiero aprender, enséñame la ley que llevas impresa en la esencia de tu ser.

Enséñame a pedir como tú lo haces, quiero que mis ojos hablen como los tuyos, con silencios profundos,  sin dudas de mostrar la luz que comparten transmitiendo  paz.

Gran maestro, dime como le haces para sortear grandes tormentas, solo esperando a que reine la paz para prestarle la luz que te rodea, sin que en tu alma estén tatuados lujos ni oropeles.

 Deseo  aprender a saborear la tierra con  los pies, mientras tú desdeñas el uso de calzado y ropa lujosa, para ti lo más importante es un bocado.

Gran maestro, a tus pies me postro, sé muy bien que llevas en el pecho un pequeño corazón, pero sin duda más valiente que el mío.

Tu humildad golpea mi corazón y me remonta a mi origen, cuando sin adornos, etiquetas, máscaras, desnudo de prejuicios, vestía de auténtica fe hacia la humanidad, hoy la realidad me rodea.

Gran maestro, a tu soberanía me rindo, la base de tu reino está firmemente anclado en las calles donde se escribe tu historia y sin profesar ninguna religión te ganas el cielo.

Nota: Las calles están rodeadas de verdaderos héroes, mi admiración para ellos, porque son los reyes de las calles, sin rezar ni profesar religión alguna, ya saben el camino al cielo.


Autor: Juan Hernández  
País: México.
INFORMACIÓN DE REGISTRO
SAFE CREATIVE
Identificador: 2005274162261
Fecha de registro: 27-may-2020 0:56 UTC



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