La navidad es…


Resbala el viento frío por mi sien 
arrancando de sus entrañas 
los recuerdos de una noche buena. 
La nostalgia cierra mis ojos 
y toma la mano de mi infancia 
abre las puertas del pasado 
deslizándose en mis pensamientos 
esas bellas emociones 
cuando un charco 
no afectaba el lustro de mi lujoso calzado 
pues mis pies saboreaban el suave fango. 
Me sumerjo en lo profundo de un tierno abismo, 
donde un beso de mi madre en la mejilla 
era el mejor regalo 
y nada material 
superaba ese rose de sus dedos 
acomodando mi pelo, 
mientras en mis adentros 
guardaba en un cofre magenta 
todos esos bellos momentos. 
Con el transcurrir del tiempo 
me pierdo aún más en un laberinto de sucesos; 
rituales armoniosos 
chocando los fríos cristales de las copas, 
abrazos instintivos 
que para mí no tenían ningún sentido, 
mesas llenas con platos 
excesivamente llenos de comida 
y música desperdiciada 
pues nadie la escuchaba, 
no entendía a los adultos 
pues para ser feliz 
solo hacía falta una miguita de ternura. 
La nostalgia suelta mi mano 
permitiendo que abra mis ojos 
y aquel niño se queda lejos, 
pero su infancia me explica 
el verdadero significado de la navidad; 
en el silencio de mis adentros 
sus palabras retumban, 
“la navidad 
no es más que la magia de la compasión 
que obliga al avaro a donar un centavo, 
es el desborde de sentimientos 
que nos recuerda que el mejor regalo 
es un sincero y efusivo abrazo, 
es invitar a tu mesa a ese niño 
que deambula por las calles 
con los pies descalzos, 
es regalar perdón y vaciar nuestro corazón de rencor, 
es zurcir heridas del alma 
de aquel amigo que te platica una pena, 
es la unión con tu hermano 
a pesar de que un cataclismo intente separarlos, 
es compartir nuestro calor humano en unión familiar 
y cerrar tus ojos para gozar la compañía 
de los que están lejos, 
no solo de los que aún están con vida 
sino también de aquellos que adelantaron su partida, 
es acortar distancia 
y dejar una silla vacía en la mesa 
como símbolo de presencia 
del que no pudo llegar a tiempo, 
es abrir tu corazón a Dios 
y con ello regalar ternura con una mirada 
y sin palabras repartir amor. 
La navidad eres tú, 
si llenas tus manos de voluntad 
y con tus acciones construyes sueños.


Autor: Juan Hernandez  
País: México.
INFORMACIÓN DE REGISTRO
SAFE CREATIVE
Identificador: 1912082641264
Fecha de registro: 08-dic-2019 3:32 UTC

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