Solo tu mano toque y tu rodilla roce, pero en tu piel me quede.
Yo sé que nunca hubo un
beso ni una caricia, solo toque tu mano y roce a tu rodilla, pero en tu
pensamiento, durante los momentos que estuvimos juntos existió un algo, tu
mirada me lo comunico al igual que los rizos que fabricaron tus dedos después
de tantas cabriolas efectuadas en tu lacio pelo. Siempre supe que algo por mi
sentías por las múltiples ocasiones que apoyaste tu cabeza en mi hombro y al
rosar con la punta de mis dedos tu rodilla, hacía que la primavera llegara a
tus pechos, provocando que se irguieran sus pétalos, por supuesto que también
observe que en alguna ocasión escribiste nuestros nombres en un corazón, y
cuando lo vi lo negaste; también sé que deseaste que mis manos pasearan por tu
cuerpo cuando recibiste el mensaje secreto de mis miradas. Te diste cuenta que
había un espacio en mi corazón, el enrojecimiento del lóbulo de tu oreja me lo
confeso, y desde luego, tu aliento cercano a mi boca, cuando en aquella ocasión
te tome de la cintura para posarte en aquella barda, fue el primer mensajero de
tu amor secreto, pero desafortunadamente no hubo tiempo para decirte que
morabas en mi pecho….solo tu mano toque y tu rodilla roce…pero en tu piel me
quede y nunca más te volví a ver.
Derechos de autor: Juan Hernandez
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