Siempre elegiría ser padre.
Si hoy me dieran a elegir, entre las horas
robadas a mi sueño durante la espera de su llegada y la prioridad de
respirar; sin pensarlo le cedería todos mis sueños y atraparía el viento
para que juegue con su pelo que captura la luz del sol.
Nunca renunciaría a ver la aurora que me ofrece con su mirada, de ser posible daría a cambio la esperanza de ver un nuevo día.
Si dios me ofreciera la vida eterna a
cambio del remanso de paz que le inspira a mí alma, yo le daría toda mi
vida a cambio de un minuto contemplando su inocente mirada.
Si por cada latido de mi corazón recibiera
un deseo, gozoso detendría mi corazón a cambio de vaciar el suyo de
tristezas y llenarlo de ilusiones.
Si solo me quedara un sueño para combatir
el insomnio, lo despertaría y lo llenaría con cuentos de hadas para
ahuyentar sus pesadillas, viviendo por el resto de mi vida despierto en
sus bellas fantasías que nacen de su inocencia.
Caminaría en el recuerdo de su infancia
hasta caer desfallecido, para resurgir en esa madrugada cuando me dieron
esa bella noticia…nació una princesa.
Si para ver su nacimiento nuevamente,
tuviera que desbaratar mi camino de éxitos, construiría mil caminos con
sus primeros pasos para llegar a ese momento y le regalaría mi silencio a
cambio de su primera palabra.
Sería su sueño que surja de sus inocentes preguntas, mi prisa la contaminaría de mansedumbre y mi vicio seria darle vida a sus sueños, moriría ahogado en esa extraña sensación que produce el velar su sueño, después de todo, el corazón siempre gana, los sentimientos hacen su voluntad. Me podrían ofrecer cualquier maravilla del mundo, pero siempre elegiría ser padre.
Derechos de autor: Juan Hernandez.
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