No me rindo, conservo mi risa y mi llanto, pero nunca cedo.
DIOS me regalo un día y a su vez un año más de vida, siempre
he dicho que la vida se vive minuto a minuto, saboreando dulce y amargo,
la miel con el tiempo empalaga y lo amargo le da contraste. Hoy me ha dado la
oportunidad de seguir aquí, viviendo cada día como toda una vida, cada respiro
como una nueva aventura y sentir que cada latido del corazón es EL, que
con sus nudillos, le recuerda que tiene que latir. DIOS, cuan frágil nos
hiciste que requerimos de tu constante llamado para mantener un ritmo que haga
vibrar el alma y sea generador de vida. Hoy sentí tus nudillos más firmes, con
toques fuertes, como queriendo decir hoy ganaste, levántate, la vida te espera,
tu premio por ganar esta batalla será un nuevo amanecer, dulces sonrisas, un
beso de despedida, un aroma que vuela y sentimientos que se lían para ser uno
solo, con el objetivo de compartir un trocito de vida y el amor perpetuo de los
Ángeles que puse en tu camino. Eso vale más que algo material, lo cual ya gane
al llegar a este mundo. DIOS sigue tocando a mi corazón y con ello me
sigue regalando minutos de aventura en esto que llamamos vida, todos los
días recibo ese regalo y como consecuencia viene lo demás. Este día
viviré una aventura por cada respiro, sintiendo los nudillos de dios
tocando fuerte y enérgico, como obligándome a aceptar el regalo que me da, el
cual acepto con humildad sabiendo que en cualquier momento, EL decidirá no
llamar más; mientras, no me rendiré, conservare mi risa y mi llanto, pero
no cederé. Gracias DIOS por esta nueva vida.
Derechos de autor: Juan Hernandez.
Comentarios
Publicar un comentario