A la espera de tu regreso
Realmente nunca fui dueño de tus sentimientos, tu decisión no tuvo ataduras y otro atrapara tus sueños, la rosa que te di el día de tu partida la dejaste estacionada en el camino, al seguir el aroma de tu partida la pude rescatar, la puse en un florero al aire libre; cada día envía un pétalo mensajero, ella es la que más extraña lo suave de tus manos. Uno por uno sus pétalos como emisarios fueron enviados en tu busca hasta que su tallo se quedo haciendo reverencia al tiempo. Por mis ojos cae la lluvia, pero en el cielo no hay nubes negras. Aquí te esperare, se que nadie sabrá hablarte al oído como lo hacía yo.
La rosa murió, pero increíblemente de su tallo brotan retoños, también ella te seguirá esperando, no tardes, necesitamos la suavidad de tus manos, la rosa dice que este amor sigue fluyendo y no tiene fin.
Derechos de autor: Juan Hernandez.
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